Arsenio Rodriguez: Revolucionario Caribeño

Arsenio Rodriguez perdió la vista a los siete años de edad cuando una mula pateó su cabeza. Descendiente de esclavos Congos-Bantúes pudo superar la adversidad de haber quedado ciego y se convirtió en uno de los músicos más importantes de la música Cubana, específicamente del son montuno. Arsenio es uno de los primeros treseros cubanos que se tenga memoria después de Nene Mánfugas. La desgracia de ya no poder ver desarrollaron en este genio una sensibilidad y un oído prodigiosos, que lo orillaron a ser un verdadero revolucionario musical agregando el piano a la dotación del septeto e incorporando dos trompetas más, además de una notable influencia Africana implícita en la rítmica de sus creaciones. Sin Arsenio el movimiento de la Salsa en Nueva York y el caribe no existirían. Pieza fundamental del Mambo que más adelante sería desarrollado por Pérez Prado en México. El Ciego Maravilloso mote ganado a pulso tiene en sus composiciones una melancolia y un ritmo únicos, los cantantes con los que trabajó especialmente con Miguelito Cuni transmiten un misticismo de esa historia mestiza de la cuba de los años dorados, la cuba de la sonora Matancera, de Cachao, Machito, Chico O farril, Bauzá. Isla que dió al mundo una riqueza artística impresionante, ritmo y un colorido excelso a la música popular contemporánea. El ciego maravilloso murió en Los ángeles en 1970 en el olvido, algo común de los grandes genios. Su aporte se quedará en la historia de la música cubana y la salsa como un hecho fundamental, revolucionar un sonido, voltear a las raíces e incorporarlas en la dotación instrumental, en la magia de la religión africana, en revertir lo que sus ojos no podían ver hacía su maravillosa sensibilidad. La vida es un sueño.

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